Alejandro Neyra, Director de la Biblioteca Nacional del Perú. (Renzo Salazar)
Alejandro Neyra, Director de la Biblioteca Nacional del Perú. (Renzo Salazar)

Al frente de la Biblioteca Nacional del Perú han estado intelectuales como Ricardo Palma o Jorge Basadre. En estos días, el diplomático y escritor Alejandro Neyra (Lima, 1974) asume la dirección de la institución con el reto de democratizar los libros y la lectura, y salvaguardar el patrimonio de mafias que trafican con bienes culturales.

Por estas fechas se habla de la consolidación de la democracia. ¿Qué papel juega la biblioteca en la construcción de ciudadanía? Es uno de los espacios principales. Y no solo porque es una institución fundadora de la República, una de las primeras instituciones que creó San Martín en 1821, sino porque, más allá del acervo bibliográfico, es un espacio público que llama a discutir, y no solo sobre libros. Es y debe ser una de las llamadas a hablar sobre institucionalidad, ciudadanía, democracia y lo que queremos como país. Lo he conversado con el ministro Del Solar. Debemos tener una visión hacia el bicentenario y de ahí proyectar qué somos y qué queremos como país.

¿Tiene reportes de bibliotecas afectadas por los desastres naturales? No. Es una de las primeras cosas que hay que hacer. Quiero empezar trabajando no solo aquí, en San Borja y Lima, sino hacer realidad lo que está en la ley, la Red Nacional de Bibliotecas, que trabaja a nivel nacional, provincial y distrital. Quiero viajar a la zona del norte para ver la situación.

Los alcaldes deberán priorizar también la reconstrucción de estos espacios… El presidente dijo algo interesante: no solo tenemos que pensar en reconstrucción, sino en construcción de una identidad. La cultura nos debería ayudar a construir la ciudadanía. Mi interés en viajar es para trabajar con las autoridades locales no solo para reconstruir, sino para crear espacios públicos para pensar y repensar el rol del libro y la lectura.

¿Cómo llevar la biblioteca a los ciudadanos de a pie? Dos cosas. Por un lado, desacralizar la biblioteca como espacio que pueda intimidar o que esté dedicado solo a investigadores. Hay que abrir la cultura a través de los libros, que la biblioteca convoque. Por otro, llevar el libro a los distritos, a los jóvenes.

¿Proponiendo una biblioteca del siglo XXI, tecnológica? El proyecto de biblioteca digital se viene avanzando. Se ha trabajado en digitalización. Se trata de tener la cultura en la palma de tu mano. La biblioteca te va a acompañar. Y es que los jóvenes sí leen. Hemos regresado a la palabra escrita. Hay que ver la forma en que esta relación con los medios permite vincularte a la lectura en todas sus plataformas.

La falta de hábitos de lectura es un problema complejo. ¿Qué es lo distinto que propone su gestión?Espero darle un aire de modernidad, acercarnos al joven, al ciudadano en general, acercar la biblioteca y que el espacio público se amplíe. Estoy convencido de que la lectura nos hace mejores ciudadanos. Debemos pensar de manera creativa cómo acercar la cultura al ciudadano.

¿Existen mafias, propiamente hablando, que roban libros de la Biblioteca Nacional? Hay mafias a nivel internacional no solo de tráfico de libros, sino de bienes culturales. He visto como agregado cultural pedidos de recuperación de obras patrimoniales, arqueológicas, de arte, manuscritos e incunables. Somos un país con una riqueza cultural vulnerable a las mafias que buscan adquirir bienes de manera ilícita y traficar. Debemos atender el problema junto al sector Interior. También esta riqueza es vulnerable a los desastres.

Ha hablado de un presupuesto de S/30 millones. ¿Cuál es su tiempo de acción y en qué otras líneas plantea usarlo? Es el presupuesto anual. El ministro se ha mostrado abierto a los proyectos para potenciar la institución con estos alcances que te comento y ampliar la cifra. También está la motivación del personal, para que esté más dispuesto a interactuar con el público.

Ha sido agregado cultural en Chile. ¿Cuál es el presupuesto de su Biblioteca Nacional?No conozco la cifra. Ahora mismo vuelvo a Santiago y me reuniré con el director de la Biblioteca Nacional. Eso dará pie a conversar sobre planes con la biblioteca de Santiago, Bogotá, Buenos Aires.

¿Somos un país de ingresos medios con bibliotecas del Tercer Mundo? Hay mucho que mejorar en las bibliotecas. No tengo una idea clara de la situación a nivel nacional. Nos daremos cuenta poco a poco de las carencias. Y no debe ser solo de las bibliotecas, sino del espacio de la cultura.

¿Qué experiencias de lectura de otros países se podrían aplicar en Perú?Las bibliotecas populares de Argentina están funcionando. Hay un convenio con Brasil casi listo. La idea es ir a los barrios, al Metro, como en Santiago, tener una pequeña biblioteca en el Metro, que uno pueda ir y fácilmente acceder a literatura contemporánea, con convenio con editoriales grandes e independientes.

¿En su formación, acudía a la biblioteca que ahora dirige? Estando en la Cancillería, confieso haber escapado alguna vez para revisar libros en el local de la avenida Abancay. He ido a ciclos de cine, cine mudo, que me encanta. Y en el archivo hallé una foto para la portada de mi primer libro de cuentos, Peruanos ilustres, una foto de peruanos de los años 20 que me encantó.

Autoficha

  • "Soy licenciado en Literatura por la Universidad de San Marcos y en Derecho por la Universidad Católica. Soy diplomático de carrera, con estudios en la Academia Diplomática. Tengo una maestría en Servicio Diplomático por la American University de Washington".
  • "Ahora mismo he sido agregado cultural en Chile. Fui delegado ante Naciones Unidas y la Organización Mundial del Comercio. Trabajé en el gabinete del canciller García Belaunde. Fui jefe del Equipo de Comunicación en el caso de La Haya".
  • "Tengo tres libros de cuentos; uno de ensayo, Peruanos de ficción; y dos novelas, CIA Perú 1985, una novela de espías y CIA Perú 1985, el espía sentimental. Este año me planteo terminar una tercera entrega, que sería CIA 1990, en la que el protagonista se encuentra con Montesinos".