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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Leer ayer el artículo (¿o comunicado?) en EC de Bonifaz y Urrunaga de la U del Pacífico, justificando los "estudios técnicos" que hicieron por encargo de Odebrecht para demostrar los "beneficios" de las Interoceánicas me hizo recordar a esos choferes de combi que te meten el carro con todo y después, incluso medio asombrados e irritados, te espetan "¿qué pasa?".

El artículo linda con el cinismo, el mercenarismo intelectual y la amoralidad por el lado que a uno le queda la impresión de que es "normal" éticamente que una empresa te contrate, avalado por un centro de TU universidad, para que ESPECÍFICAMENTE le hagas un estudio a la medida de sus intereses; mismo sastre con un terno. Y también linda con la ciencia ficción, pues mañana bien que se les podría encargar el estudio de una carretera transoceánica Conchán-Tokio, que estaría sustentada no por el tráfico, sino por el "desarrollo de los beneficios sociales" (¡se nota que no era su plata!). ¡Plop!

Antes se tenía más vergüenza para quedarse callados (no se advierte la palabra "disculpas" por ningún lado). O para renunciar ambos por lo menos a Proinversión, ya que seguramente permanecerán tranquilos en la Pacífico, trabajando junto a la profesora Sanborn, la firmante del contrato IRSA Centro. ¿Y el Patronato, los jesuitas y la rectora? ¡Bien, gracias!

Es que se ha perdido la sindéresis: ya es "normal" que Odebrecht financie los premios de IPYS. Ya es "normal" que Apoyo tenga un director por las AFP en Graña –señor que no defendió los intereses de los aportantes como debía– y que al mismo tiempo les vea Imagen y hagan consultorías.

Ya sé. No he aprendido de mi botada de Correo a ritmo de samba y pelearme ahora con la Pacífico, Apoyo, IPYS y GyM me traerá problemas. Pero no puedo callar, como muchos colegas.