Aldo Mariátegui
Aldo Mariátegui

Redacción PERÚ21

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-Esta cumbre Keiko-PPK no es tecnocrática: es política. Su fin último debe ser una tregua, amén de algunos acuerdos legislativos: lo ideal sería acordar la vital reforma laboral. Y ese tratado de paz debería pasar por acordar un "gabinete conversado" (apoyado por un 69%, según Datum ayer) y el indulto (57%, ídem).

-Sería un hipócrita si negase que no recibí con una sonrisa la perorata de la Glave que anuncia la ruptura de la bancada de la izquierda, dado que –por lejos– estos son la gente más nociva para el país. ¡Todo peruano medianamente inteligente y patriota no puede menos que alegrarse! A largo plazo, quien pierde allí es Arana: la antilujuria como candidato entró con aroma a trafa y por la locomotora Mendoza. Por eso, va rumbo a la extinción. A corto plazo, quienes la van a pasar muy mal son los mendocistas, porque la ley antitránsfuga les convierte en unos espectros, sin comisiones y casi sin voz. Todo eso mientras Goyo sonríe…

Pero el problema de fondo aquí es que esta onda cismática no se está circunscribiendo a la plaga roja, sino a todos los partidos: keikistas y albertistas/keinjistas en FP; alanistas y castillistas/otros en el Apra; toledistas, caviares y derechistas limeños, provincianos y la Llanera Solitaria Mechita en el oficialismo; oficialistas y fujimoristoides (general Donayre y pastor Rosas) en el acuñismo; vitochistas, lescanistas y guevaristas en Acción Popular… No hay grupo que, a menos de un año de esta nueva legislatura, no muestre serias grietas internas.

-"Profesores" ultras cusqueños bloquearon ayer el tren a Machu Picchu y amenazan al aeropuerto local… ¿Tipos así merecen ser llamados "maestros"? ¿Qué pueden "enseñar"? Por lo que demuestran ser, lo que se merecen es que les paguen aún menos…