notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

-La tradición de publicar memorias histórico-políticas en el Perú la inauguró probablemente nuestro primer presidente Riva Agüero, con sus "Memorias y documentos para la historia de la independencia del Perú y causas del mal éxito que ha tenido ésta", bajo el seudónimo Pruvonena.

Allí deja muy mal parado a Bolívar ("villano"), Monteagudo ("un monstruo") y otros personajes: Riva Agüero suelta muchas verdades, aunque con evidente despecho. Algo de eso experimenté al hojear "La gran usurpación", del congresista Omar Chehade. Se le podrá criticar su revanchismo, su actuación en Las Brujas de Cachiche o que debió publicarlo valientemente antes y no cuando estos ya se van y son árbol caído.

Pero nada de eso mella su condición de un valioso testimonio histórico que retrata fielmente a la pareja presidencial y lo que fue su mediocre régimen, donde quien mandó –siempre y absolutamente– fue Nadine: Ollanta no puede quedar peor por su pusilanimidad.

Pero bien sabíamos todos lo poco que valía Humala antes de elegirle. Por eso, leyendo a Chehade, no puedo dejar de volver a preguntarme: "¿Quién es peor? ¿El mediocre (uso un término suave) que fue elegido o los mediocres que votaron por él o acompañaron?".

-Me parece estupendo que el gobierno en España vaya a denunciar por "incitación al odio" a todos esos perversos que han celebrado recientemente por web la reciente trágica muerte de un torero español (ya lo ha hecho allá una fundación taurina privada a nombre de la viuda y ojalá lo haga también acá).

No me gusta la fiesta brava; un arcaico barbarismo, a pesar de su plasticidad. Y un torero sabe lo que se arriesga, pero de allí a ese festejo enfermo… "Más conozco a la gente, más quiero a mi perro" (frase atribuida al sabio Diógenes).