notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Que la canciller de Venezuela llame "cobarde" y "perro" a nuestro presidente amerita mucho más que una simple protesta: Perú debe retirar a su embajador de Caracas, porque una nación digna no le debe tolerar procacidades a otra, menos aún a un régimen encabezado por un tiranuelo de opereta barata, ese Nicolás Maduro que deber tener alguna lesión severa en la corteza cerebral y cuyo vicepresidente es un narco buscado por EE.UU. Es increíble como nuestra patética izquierda local puede guardar aún veneración por el chavismo, una manga de ladrones inútiles que tuvieron los mejores precios históricos del petróleo para dejar a su país mil veces peor que lo recibieron. Trump es un peligro y temo que algún día haga alguna barbaridad, pero se ganaría todo mi aplauso si invade Venezuela, detiene a toda esa casta ladrona y disuelve para siempre al sideralmente corrupto ejército venezolano. Visto en perspectiva, fue descomunal el favor que Bush padre le hizo a Panamá en diciembre de 1989 al invadir ese país para encarcelar al narcodictador Noriega y proscribir para siempre a sus podridas fuerzas armadas, desmilitarizándose Panamá eternamente como Costa Rica. ¿Con quién Venezuela va a tener una guerra? ¿Colombia? ¿Guyana? ¿Aruba? ¿Trinidad y Tobago?

Trump tiene los pantalones para hacerlo y esa invasión no le tomaría más de una semana a los yanquis. Sería delicioso ver a Maduro, Diosdado Cabello, a esa 'canciller' y a ese vicepresidente narco barriendo juntitos con sus overoles naranjas en el Federal Correctional Institution de Miami, tal como Noriega. Es que a veces se necesita de extranjeros para librarnos de la opresión… ¿Acaso aquí no vinieron chilenos con San Martín y colombianos con Bolívar para hacernos esa tarea hace casi 200 años?