notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Ya hace rato que se nos acabó esa fiesta extraordinaria –y la inercia que dejó por unos años– en la economía peruana, que se dio cuando se cuadruplicaron los precios de los minerales. Hemos vuelto a un año "normal" peruano, tipo 2004, año en que por fin se dejó atrás la gran recesión originada en 1998, pues ya se creció de verdad y no solamente recuperando lo tremendamente retrocedido desde la megarrecesión de 1998, en que se juntaron El Niño, las crisis asiática/rusa/brasileña y la tremenda caída en los precios de los minerales. Hemos sido como ese país petrolero que se hipnotizó con precios extraordinarios, que alucinó que serían eternos (tampoco es que estemos igual de fregados que ellos, pues las cotizaciones actuales de los minerales están bastante decentes). Pero ya no existe el chorro de plata de antes y por eso estamos volviendo a la "normalidad": crecimiento insuficiente de alrededor del 3%, huelgas, bloqueos… Encima, no aprovechamos esa bonanza para construir infraestructura urgente (¡miren la Carretera Central o el tráfico en Lima!) o hicimos estupideces carísimas, como la Interoceánica Sur y Talara.

Pero el Perú está mucho más capitalizado que en 2004, así que una reanimación en la confianza del sector privado, más el empuje de reformas (la laboral urge) y de alguna nueva mina grande (Quellaveco y Tía María son las más fáciles) nos pondrían por encima del 4% mínimo para evitar la "normalidad". Esto pasa por que el gobierno se percate de que su principal problema no es la supuesta obstrucción congresal, sino su falta de gestión y de pantalones. PPK cumple 79 años en octubre. ¿A qué le tiene tanto miedo a esa edad? ¡Hasta el débil presidente brasileño Temer está sacando una reforma laboral! No hay peor gobierno de derecha que aquel que no se atreve a serlo.