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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

El reciente anuncio de que el ejecutivo brasileño Jorge Barata, el mandamás de Odebrecht en Perú y gran parte de Latinoamérica por años, se ha acogido a un convenio de colaboración eficaz con la justicia brasileña debe haber provocado más de un desmayo entre los políticos y constructores peruanos: si ha habido cutras de Odebrecht aquí, Barata las debería conocer al revés y al derecho. Lo que salga de allí será de verdad NUCLEAR, no como esas recientes tonteras que trajo la ONG IDL sobre Castañeda y que solo a RMP, los caviares y su collera se les ocurrió cacarear –para imponer en la agenda de varios medios timoratos– como si esa conversación de esa asesora edil fuese la gran revelación de grandes consecuencias penales. ¡Fuiiiraaa! No pasó de barato humo caviar para incordiar a su eterno enemigo Castañeda.

En cambio, esto de Barata va a ser carne de verdad, que va a implicar seriamente a presidentes, alcaldes, ministros, periodistas y mucha gente importante, de TODOS los colores políticos: Odebrecht ha estado presente, desde hace años, en interoceánicas, gasoductos, termoeléctricas, irrigaciones, carreteras, puentes, etc., obras que se han hecho a costos millonarios en nuestro país. Sería por eso de esperar que la ministra Marisol Pérez Tello viaje a Brasil, junto a un equipo de procuradores y fiscales, a fin de presionar allá en directo para que los brasileños efectivamente le formulen preguntas pertinentes a Barata y no nos enteremos colateral y parcialmente de las ramificaciones de la corrupción brasileña en el Perú, la misma que hasta se metió en la política local para financiar candidatos. Ya por lo pronto, Marcelo Odebrecht acaba de confesar este viernes pasado que le entregó directamente coimas a Lula.