Aldo Mariátegui: Jugo de naranja desperdiciado

Juro que no entiendo la estrategia fujimorista (si es que hay alguna): no dejan de usar pésimo su tremendo poder de fuego congresal, derrochando municiones políticas.

Primero quemaron 100 tanques para tomar un pueblito al desgastarse tanto por el BCR cuando muchísimo más importante era guardarse y prepararse para cubrir el puesto del hace rato caducado Urviola en el TC. Luego quedaron innecesariamente como unos matones en la censura a Saavedra, en una movida hasta tonta porque tenían otros objetivos mucho más fáciles en el gabinete si de lo que se trataba era censurar a un ministro para demostrar poder, salvo que efectivamente el tema no haya sido político sino económico (bajarse a Saavedra para satisfacer a las "universidades chatarra" privadas). Después a Salgado se le ocurre pintar todo el suelo y quedarse atrapada en una esquina del mismo al prometer que renunciaría si se comprobaba corrupción en la adquisición congresal de computadoras. Se comprobó eso y ahora no quiere cumplir con una palabra tan ligeramente empeñada, como aquel romano Afranius que prometió –y por eso perdió– su vida si Calígula sobrevivía a una enfermedad. ¿Por qué la experimentada Salgado se colocó innecesaria e impulsivamente esa soga al cuello?

Y la última metida de pata viene de la misma Salgado y de su correligionaria Patricia Donayre, que han anunciado algo que precisamente repele a una aplastante mayoría de la población: crear una nueva cámara. ¿Han sufrido una lobotomía, están parando con el chambón PPK o qué? ¡¿No saben que la gente con las justas aguanta a este Congreso unicameral como para venir a proponer otra cámara?!

Me cuentan que Alan suspiró en una reunión al decir: "Lo que haríamos el Apra y yo con 72 congresistas". Definitivamente, lo harían mejor.