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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

El 14 de setiembre del 2012, siendo aún director del diario Correo, el sitio web "gatoencerrado" informó que Toledo se había comprado una carísima mansión en Las Casuarinas. Tras leer eso, pensé que ningún político podía ser tan estúpido. Así, asumí que sería un chisme limeño y lo olvidé. Sin embargo, a fines de noviembre, unos vecinos de la zona me confirmaron que Toledo había comprado la mansión, que se le había visto entrar allí varias veces y que… ¡No le había pagado al corredor!

Inmediatamente encargué la investigación a mi "sabueso" Óscar Libón de la unidad de investigación, quien a los pocos días me confirmó que todos los datos que le había dado eran ciertos, por lo que acordamos que le dedique tiempo completo. A ritmo de samba, el 6 de diciembre Luis Agois me comunica mi salida de la dirección del diario, pero me pide que me quede hasta enero.

Acepto "in pectore" permanecer por esta investigación, porque aún podía apoyar un tiempo más la necesaria revocatoria de Villarán y porque pensé que la accionista mayoritaria no aceptaría ese raro despido (me apoyó, pero ya había preferido vender que aguantar más, tal como concretó después).

¡Se acercaba febrero y mi salida, y el meticuloso Óscar no tenía aún todo armado! ¡Le torturaba a diario, pues no confiaba ya en que Agois publique la historia tras marcharme! Por fin la tuvo lista y el martes 22 de enero del 2013 Correo publicó en portada la primera secuencia del caso Ecoteva.

Contento, el miércoles 30 de enero salí del diario. ¡Solo la investigación sobre Javier Diez Canseco y la Bolsa me había dado más satisfacción!

Han pasado cuatro años de eso y recién el PJ y la Fiscalía piden la detención de Toledo. El juez Abel Concha, que se demoró tres años en abrir el proceso, debería ser apartado del caso Ecoteva (y del PJ).