Columna de Aldo Mariátegui
Columna de Aldo Mariátegui

Este ‘congrezoo’ abominable no deja de quedar como un rebaño sujeto a lobotomías frontales, una fauna que solo refleja un encefalograma plano, cual cenutrios sin actividad cerebral. La última de sus ventosidades descomunales es haber quitado ese candado del MEF que impedía que las negociaciones colectivas de los empleados públicos sujetas a arbitraje terminen asignando sueldos que reventasen la caja fiscal. Imagínense que árbitros irresponsables (o laboralistas rojos o coimeados o presionados) disponga un aumento del 50% en algún colectivo público grande, de miles de personas, tipo los maestros o los policías. Eso desfinanciaría cualquier presupuesto y se pagaría con más impuestos o más deuda o con emisión inorgánica que genera inflación. ¡No existe otra manera de sufragar ese gasto disparado así si no alcanza lo presupuestado! ¿Quieren los peruanos un IGV de 25%? ¿Volver al aumento diario de precios? ¿Rogarle otra vez de rodillas al FMI que nos arregle la deuda?

Ya antes estos estólidos hicieron otras estupideces de campeonato, como la imposible devolución de lo aportado a la ONP, los ascensos automáticos en Salud, el cambio de los contratos CAS a estables, la reposición indiscriminada de funcionarios públicos despedidos, la violación a la ley de peajes, el fin apresurado de la ley agroexportadora, la demagógica disposición constitucional de un 6% fijo para Educación y tantas burradas más que uno ya ni puede recordar.

Lo más triste es que estas bestialidades son aprobadas por mayorías aplastantes, así que el panorama ominoso es que los lerdos campean absolutamente. El Congreso anterior era un desastre, pero la cosa no pasaba de ruido político y no se metían con la economía. Por eso nunca dejaré de despreciar a Vizcarra, Del Solar y toda esa prensa oficialista que juntos parieron irresponsablemente a este engendro de ‘congrezoo’.


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