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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Como de costumbre, en este "país de desconcertadas gentes" no se suele valorar y reconocer lo que realmente vale, a menudo más por mezquindad que por miopía. Es que un personaje brilla en medio de este creciente lodazal de las constructoras brasileñas, que cada día ensucia más a tirios y troyanos, y no le damos el mérito correspondiente. Me refiero a Luis Carranza, quien renunció al Viceministerio de Hacienda cuando Toledo y PPK pretendieron que le otorgue luz verde a la Interoceánica Sur sin SNIP. Carranza también se fue porque se opuso a que PPK firme por aquel tiempo el Decreto de Urgencia 016-2005-MEF, aquel que convenientemente modificó la Ley 28563 y que sacó a las Interoceánicas del tope de 1% de PBI fijado para las deudas estatales. Bueno, así solemos ser de mezquinos con Carranza: solo este medio y Gestión informaron en portada que acaba de ser elegido presidente de la CAF, hecho que los peruanos debimos celebrar muchísimo más.

Volviendo al tema: pocas veces en el sector público se dan estas dignas renuncias, en las que el funcionario suele firmar y acatar lo que le pasa el superior, sin hacerse problemas por los costos que se le están cargando al país y las pésimas asignaciones de recursos, porque con ese dinero se pudieron hacer mil cosas mejores antes (una excelente carretera central Lima-Pucallpa, muchos hospitales, etc.).

OK, muchos presidentes y ministros pudieron haberse equivocado y pensar que efectivamente la Interoceánica Sur iba a generar un tremendo progreso en esa zona al conectarla con Brasil: errar, aunque tan descomunalmente, es humano. Pero si alguno recibió plata, es para crucificarlo de cabeza, porque malgastar así US$2 mil millones de un país pobre en un faraónico proyecto a sabiendas de que es inútil, y por corrupción, no tiene nombre.