(Foto de HECTOR RETAMAL / AFP)
(Foto de HECTOR RETAMAL / AFP)

¡Cómo da vueltas la vida! ¿Se acuerdan cómo Vizcarra fue un dios durante la pandemia, cómo la gente le cantaba feliz cumpleaños desde sus ventanas o había hasta idiotas que le dibujaban junto a Jesús o como un superhéroe?

Eran los tiempos en que criticar a Vizcarra y su pésima gestión de la pandemia, o cuestionar la débil calidad de la vacuna china te acarreaba un cargamontón histérico. Y sus ministros, la chilindrina Alva y Zamora, eran intocables, puestos en altares.

Al final, la verdad se abrió paso: Vizcarra resultó un ratero (que encima se vacunó a escondidas), la vacuna china un bluff, la calichina Alva una ministra muy sobrevalorada que ahogó a la economía y su par Zamora ocasionó más muertos peruanos que el general chileno Lynch.

Bueno, lo mismo le ha pasado a China. Este país se dedicó durante mucho tiempo a vanagloriarse de sus políticas de encierro contra la epidemia, de sus pocos muertos, de su crecimiento económico en plena plaga, de las bondades de sus vacunas. Todo con el discursete de que Occidente estaba en decadencia terminal, que USA tenía ese millón de muertos por su capitalismo insensible, etc.

Pues bien, ahora mismo China está enfrentando un brote colosal de COVID-19 porque ya no podía sostener por más tiempo esa receta vizcarriana de tener a todo el mundo encerrado porque ya la gente se le estaba rebelando en las calles, a pesar de una represión digna de “1984″, y porque su economía no aguantaba más (que a su vez está sufriendo en estos momentos una seria y masiva crisis inmobiliaria-financiera, similar a la que devastó a Occidente en el 2008).

Y enfrentan esta explosión de COVID-19 con mucha gente mayor que no se ha vacunado, con una vacuna que es muy inferior a la occidental y con un sistema hospitalario deficiente y que muy pronto será desbordado.

La soberbia siempre se paga. Entre esta gripe letal y la crisis inmobiliaria, a China le ha venido su “welcome to reality”. Por el bien de ellos, espero que les sea leve.

PD: ¡Feliz Navidad!