notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

No me voy a poner en ese plan de áulicos de PPK de muchos coleguitas, para quienes todo lo que hace o dice es "graciosísimo" o de zorro sabio de Nueva York, pero sí no puedo dejar de elogiar que tiene olfato geopolítico, producto seguramente de esas lecturas de Kissinger (al que admira mucho) y de esa afición por la II Guerra Mundial que alguna vez advertí curioseando por su biblioteca durante una entrevista. Mientras que Fujimori era personalmente bastante provinciano frente al exterior (más allá de su obvia nipofilia), Toledo no veía más allá de sus padrinos demócratas en USA, García II se concentró más en el ámbito sudamericano (como García I más bien quiso ser un líder tercermundista como Tito) y Humala no sabía de qué se trataba (más allá de su obsesión con Francia y Corea del Sur, y su traición al Brasil lulista), PPK la ha tenido clarita desde el principio: China y Chile, dejando de lado por el momento a los estratégicos USA hasta que haya un nuevo ocupante en la Casa Blanca en enero (aunque ha apostado abiertamente por Hillary) y España, esa puerta nuestra a Europa, donde aún siguen sin gobierno (y más le conviene Rajoy).

Por eso PPK ha movido fichas hacia China y Chile. Con Chile más se ha concentrado en los inversionistas privados locales, tan desilusionados con Bachelet y con tantas ganas de exportar capitales a un vecino estable. No así en lo político, porque Bachelet ya es un pato rengo e impopular (aquí y allá) que ya se marcha el otro año y PPK posiblemente apuesta a que el empresario Piñera repita el plato allí, a pesar de que este creó el supuesto "triángulo terrestre" chileno. Es su estrategia "Chi-Chi" (China-Chile), sin ceder en trenes intersudamericanos absurdos (como debió hacerlo con la Interoceánica Sur años atrás).