Agua sí, oro también

"Con el eslogan “agua sí, oro no”, Ollanta Humala ganó las elecciones de 2011. La frase asume que la actividad minera es incompatible con otras actividades productivas, especialmente la agricultura. Pero está demostrado que estos dos sectores coexisten perfectamente y son imprescindibles para el crecimiento y desarrollo de nuestro país", sostuvo Patricia Teullet.

Fecha de publicación: 10/03/2025 – 11:45

Con el eslogan “agua sí, oro no”, Ollanta Humala ganó las elecciones de 2011. La frase asume que la actividad minera es incompatible con otras actividades productivas, especialmente la agricultura. Pero está demostrado que estos dos sectores coexisten perfectamente y son imprescindibles para el crecimiento y desarrollo de nuestro país.

Las cifras son determinantes. En 2024, las exportaciones mineras alcanzaron la suma de US$47,700 millones, lideradas por las exportaciones de oro con un total de US$12,688 millones, explicadas por incrementos en el volumen de exportación, pero especialmente por los elevados precios alcanzados por este mineral. Afortunadamente, aunque pudieron haber sido más, en años previos se habían hecho inversiones que permitieron el aprovechamiento de estos precios.

¿Acaso significó esto un impacto negativo en la producción y exportaciones agrícolas? Por el contrario, las agroexportaciones alcanzaron en 2024 un nuevo récord llegando a los US$12,372 millones, con un crecimiento de 21% con relación al año anterior.

Los dos sectores, minería y agricultura, son muy distintos: el primero es intensivo en capital, el segundo en empleo; pero eso no los hace incompatibles, como lo demuestran los crecimientos simultáneos. En ambos casos, además, hay una serie de encadenamientos productivos y un efecto multiplicador en otros sectores que impulsan el crecimiento económico y la creación de empleos. En el caso de la agroindustria, va desde la producción de semillas y fertilizantes, servicios logísticos y embalajes hasta la producción de maquinaria y todos los servicios derivados del mantenimiento de esta y de las instalaciones de procesamiento. Tampoco podemos dejar de lado las actividades de investigación que se requieren para poder mantenernos a la vanguardia de esta actividad, cuya continuidad y crecimiento dependen también de las inversiones que se hagan en proyectos de irrigación.

En el caso de la minería, se ha dado un interesante desarrollo de la metalmecánica, la industria química, los servicios logísticos o actividades de ingeniería y construcción, entre muchos otros.

A pesar de su indiscutible contribución al desarrollo del país, ambos sectores tienen detractores, incluso entre los legisladores y las autoridades. Lamentablemente, las protestas y exceso de trámites, permisos y certificaciones exigidos a la inversión minera formal han coincidido con un incremento desbordado de la minería ilegal, peligrosa, corruptora y contaminante. Se ha vuelto tan poderosa que está infiltrada ya en todas las instancias de poder.

La agricultura moderna, entre otros, sufre por los intentos de cambio de legislación, que ya sufrió adulteraciones negativas con respecto a la ley original y por la toma de carreteras y efectos de los movimientos políticos, además de la paralización de importantes proyectos de irrigación como Majes Siguas.

El Perú lo tiene todo y, lamentablemente, también la extraña habilidad de “meterse cabe a sí mismo”. ¿Elegiremos bien o repetiremos la fórmula Castillo-Boluarte y un Congreso afín?

Compartir nota

Temas relacionados

Aprovecha la NUEVA EXPERIENCIA, recibe por correo y por WhatsApp nuestro periódico digital enriquecido. Perú21 ePaper.

¡Ahora disponible en Yape! Búscanos en YAPE Promos.

Te puede interesar

Últimas noticias