Aeropuerto, una buena noticia

Una muy buena noticia fue que, luego de 18 años de espera, el Gobierno haya entregado los terrenos necesarios para la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, con lo cual Lima Airport Partners comienza las obras que implicarán una inversión de más de 1,200 millones de dólares adicionales a los 350 millones ya invertidos.

La ampliación del terminal aéreo de nuestra capital es fundamental para la actividad turística, comercial y el desarrollo económico del país. El principal aeropuerto del país, luego de las obras ejecutadas entre 2005 y 2009, llegó a ser considerado como el más moderno de la región, sin embargo, ello dejó de ser así en los últimos años, en perjuicio de los usuarios, el turismo y la imagen del país.

El Jorge Chávez estaba operando sobre dos millones de metros cuadrados para una capacidad de 10 millones de usuarios al año. Pero en la actualidad recibe más del doble de esa cifra: este año se calcula que cerraremos con 23 millones de pasajeros.

Resulta evidente que varias áreas de servicio han colapsado. La congestión de las operaciones ha influido inclusive en el retraso de los vuelos con un promedio de 40 minutos.

Con la ampliación del aeropuerto a nueve millones de metros cuadrados, las instalaciones podrán atender a 30 millones de usuarios y el terminal de pasajeros será tres veces el actual. Hoy solo se pueden estacionar 54 aviones; con la ampliación, habrá 114 posiciones de estacionamiento.

Esperamos que Lima Airport Partners pueda cumplir sin problemas y dilaciones su cronograma de obras. Así, para 2022 ya tendríamos una nueva pista de aterrizaje y, en 2023, el nuevo terminal. Y, en torno a ello, una diversidad de nuevos negocios, como hoteles, restaurantes y diversos servicios que contribuirán al movimiento de nuestra economía.

Que el Gobierno haya impulsado esta obra, luego de esa larga espera, es una buena señal para los inversionistas, muy favorable, como lo señaló el vocero de la calificadora de riesgo Moody’s.

La promoción de más inversiones de gran envergadura es una tarea que el presidente Martín Vizcarra debe asumir más a fondo y comunicar debidamente. Hoy goza de una alta aprobación por sus señales de lucha contra la corrupción, pero sería deseable que más adelante la dinamización de la economía también influya en su popularidad.