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Redacción PERÚ21

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Mónica Delta,Opina.21El problema de la denominada megacomisión es que, en su afán de lograr certeza para una condena al expresidente, no trabajó con prolijidad el debido proceso y eso ha sido aprovechado por la experiencia de García. Quizá, para quienes hemos tenido la suerte de no estar comprendidos en un proceso judicial, no podemos medir la importancia de las formas jurídicas que son el marco de todo estado democrático y eje del balance de poderes. Pero, para quienes están al otro lado del mostrador, es una garantía de justicia. Alan García es un personaje que siempre provoca reacciones y polariza como pocos. Los que lo odian, quieren verlo en la cárcel, hace rato. Los que lo "aman" lo consideran irreemplazable. Lo cierto es que maneja una cuota de poder en el país y ha sido elegido dos veces presidente del Perú. Al entrar en el debate el propio Ollanta Humala, la pelea ya no es más entre los medios, la megacomision y García. Se convierte en una 'megapelea' entre poderosos. La referencia irónica del mandatario lo coloca a García donde quiere estar. En fuego cruzado con el mismísimo jefe de Estado. Lo único que puede traer un enfrentamiento de esa naturaleza es el debilitamiento y el desgaste gubernamental, y algo así será bueno para los "egos" pero no para el país. El Congreso debe apelar la resolución judicial y, al final, sea cual fuere el resultado, debe acatar. Por lo demás, es el votante el que le dirá no a García, si así lo determina. Como lo he afirmado en ocasiones anteriores: Cuando se exhibe desesperación por acusar a priori y no se muestra la misma vehemencia y, sobre todo, el conocimiento en el proceso de investigación, los resultados no son sólidos ni duraderos. "Piano, piano si va lontano".