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Enrique Castillo,Opina.21ecastillo@peru21.com

El presidente Ollanta Humala ha perdido una muy buena oportunidad de sintonizar con un país que le pide liderazgo y acción en un momento de incertidumbre.

Él ha preferido seguir con lo suyo, el piloto automático, y regodearse con los pocos programas que el Gobierno impulsa. Y no se trataba de cambios al modelo o de anuncios temerarios.

Simplemente se pedía acción y más decisión para enfrentar –dentro del mismo modelo– los problemas más álgidos.

No queríamos que se nos dijera qué se ha hecho, eso ya lo sabemos. Queríamos que con un poco de autocrítica se nos dijera qué se ha dejado de hacer, y que, aprendida la lección, se iba a empezar a trabajar muy rápidamente para recuperar el tiempo y la confianza perdidos. Pero no. Empezamos el tercer año con la misma actitud y con la misma gente.

Parece que estuviéramos ante un Ejecutivo al que se le acabaron las ideas. Un Gobierno con miembros que, encerrados en su propio espacio y conversando entre ellos mismos, no puede darse cuenta de lo que realmente ocurre y de lo que deben o pueden hacer.

Un Gobierno que hace poco y que con eso se conforma.