Tumbes soportó intensa lluvia por más de 10 horas, informó el Senamhi. (Difusión)
Tumbes soportó intensa lluvia por más de 10 horas, informó el Senamhi. (Difusión)

La Niña, languideciendo en estos días en el océano Pacífico, cumplió con sus características de generar notables excedencias en las lluvias de marzo y particularmente de abril en la sierra, sur y central. Hemos visto caudales notables en múltiples valles del sur y centro donde se cuentan con precisos registros de ríos y lluvias que son las causantes de las crecidas de aquellos.

“Abril aguas mil o todas caben en un barril” es un refrán –como tantos otros que aluden al clima– de origen español y muy utilizado desde las épocas de nuestros abuelos y bisabuelos, en particular en el norte del Perú.

El 2018 ha sido de aguas mil. Solo en el Rímac estamos calculando una excedencia de caudales del 40% (muy alta) para el mes y que está permitiendo tres impactos muy positivos: sobrepasar muy por encima del 90% el llenado de nuestros reservorios de agua para atender a la capital en los meses secos. Atender aún a plenitud el riego de abril de los agricultores de los valles de la costa sur y central; lo anterior agregado al hecho de que la disminución de los caudales costeros se iniciará más tarde que en un año normal, lo que implica emplear las reservas –también– más tarde, lo que deriva llegar en mejor forma a la próxima temporada de lluvias.

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