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En el 2010, Perú dio el primer paso para incorporar a sus generadoras de energía las nuevas tecnologías limpias como la solar o eólica.

Entonces, los peruanos, a través del Estado, garantizamos un pago medio de 8 centavos de dólar por kilowatt/hora generado a los ganadores de la primera subasta convocada para centrales eólicas y algo más de 20 para las centrales solares.

Esta semana, la cuarta subasta ha producido precios menores a 4 centavos para centrales eólicas y menos de 5 para las solares. Estos precios compiten con las hidroeléctricas y confirman que las nuevas tecnologías seguirán creciendo.

Hay consideraciones de mercado; horas del día en que generan con más eficiencia y que no coinciden con las horas de mayor demanda, como son las de la noche, que siguen haciendo más confiables a las hidroeléctricas (que también son limpias); pero un hecho es concreto: cada vez las energías alternativas y limpias son más baratas. Es el resultado de integrar la inversión en ciencia y tecnología con el conocimiento del clima.

Casi desapercibida, esta noticia recientemente ha sacudido el ambiente energético y abre las puertas a una creciente generación más limpia. Toca hacer el mismo esfuerzo promotor con el agua desalinizada, para que los pobres tengan agua, con un pequeño aporte de quienes sí tenemos agua y muy barata, además.