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alevy@ambiand.com

El jueves, la NOAA, a través del prestigioso Centro de Predicción Climática, emitió su evaluación mensual de El Niño correspondiente al mes de agosto con frases como: "Colectivamente, estos patrones atmosféricos y oceánicos reflejan un fenómeno El Niño significativo y en fortalecimiento" o "En este momento, el consenso unánime de los pronosticadores favorece un evento fuerte de El Niño".

No demoró mucho esto en multiplicarse por los medios y distorsionarse también.

En este momento el Océano Pacífico Central, donde se mide la magnitud global de El Niño, tiene un calentamiento ligeramente por debajo del valor en el cual El Niño pasa de fuerte a muy fuerte. La NOAA dice además que algunos modelos de predicción (varios en realidad) indican que El Niño alcanzaría y sostendría ese umbral durante tres meses; lo que haría pasar a este evento al archivo histórico de los Niños muy fuertes.

En la costa peruana subsiste un evento también cerca del límite superior del rango fuerte. Precisamente cerca de ser muy fuerte o extraordinario, como lo denomina el ENFEN. Así están las cosas.

La NOAA indica que tiene 80% de fiabilidad un pronóstico hecho en agosto para diciembre. Pero las lluvias en el norte no dependen de El Niño global. Dependen del local que, no obstante haber sido siempre muy parecido al global cuando este es muy fuerte, podría presentar matices que hoy no hay forma de anticipar. Esa es la verdad. El resto es desinformación.