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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

alevy@ambiand.com

Uno de los más desagradables e inevitables impactos o indicadores biológicos de la presencia de El Niño en nuestro mar es la mortandad de aves marinas. Esta tiene lugar una vez que, como ahora, las aguas cálidas ocupan una importante área y profundidad frente a nuestra costa.

El proceso es simple y natural: el cambio en la temperatura, oxigenación y salinidad del mar peruano, al ser invadido este por aguas típicamente tropicales, aleja a la gran población de anchoveta de las que hace poco fueron las frías aguas de la corriente peruana.

La anchoveta migra y se profundiza en busca de aguas más frías, impidiendo a nuestros pescadores su captura –ya la pesca industrial luce bastante agotada– y a nuestras aves, su alimento.

Es así que se rompe la cadena alimenticia y lo que hemos visto recientemente en las playas de Lima, como aves masivamente muriendo, se va a extender por la costa y afectará a otras especies. Inclusive mamíferos.

Es algo perturbador; ya pasó en 1997, 2012, 2014 y todos los años de El Niño costero. El año 2015 no será la excepción.

No van a haber extinciones masivas. Es un fenómeno natural al que estas especies sabrán reponerse.