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La ciudad de Lima y sus casi 10 millones de habitantes demandan unos dos millones de metros cúbicos de agua al día (es decir, unos 730 millones de metros cúbicos anuales), provenientes del río Rimac y que deben fluir de modo continuo.

Como esa continuidad es imposible debido a la estacionalidad de las lluvias, nuestros ingenieros han construido una extensa red de pequeños y grandes embalses en la parte alta del valle y detrás de él, en el Mantaro.

Son 22 embalses de todo tamaño que juntos pueden almacenar unos 360 millones de metros cúbicos de agua cuando están llenos a plenitud. En números redondos: la mitad de la demanda anual. La diferencia la debe aportar la lluvia que, en un año normal, alcanza e inclusive sobra y la vemos perderse en el mar del Callao.

Este año de lluvias –que empezó el 1 de setiembre– está por completar su tercer mes y su magnitud es algo deficiente.

Conviene tener en cuenta que las reservas de Lima son muy bajas frente a su demanda histórica y proyectada. Mucho menores en términos relativos que en otras importantes ciudades de la región. De hecho no podemos hacer frente a dos años flojos de lluvia seguidos. A tener en cuenta cuando malgastamos el agua.

alevy@ambiand.com