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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

alevy@ambiand.com

Yo no soy una persona particularmente entusiasta por las COP y su ulterior efecto en frenar los impactos de la especie humana en nuestro entorno. El presidente y el Estado sí lo son. El año pasado invertimos alrededor de US$50 millones de los contribuyentes en la organización de la COP20 y US$6 millones más en el Fondo Verde, requerido para mitigación y adaptación.

El jefe de Estado declaró entonces: "Nos toca hacer la alianza más grande de la historia contra el calentamiento global. No existen soluciones parciales, hay que actuar ahora". De la boca para afuera. Acabamos de asistir al último recuento anual ante la representación nacional y ninguna palabra ni de El Niño, ni de la COP20, ni de su compromiso personal y menos aún de una agenda climática. Han pasado casi 20 años del último invierno con un evento fuerte de El Niño, como recientemente el propio Estado, a través del Enfen, ha categorizado la actual anomalía climática, y seguimos en lo mismo que entonces.

Salvo el continuo avance en recursos humanos del IGP, de lejos lo más talentoso en investigación climática, el Senamhi de hoy y el Imarpe no han compartido las bondades del crecimiento económico del Perú y son muy similares a las que tuvimos en esas épocas. Ojalá que esto cambie a partir del próximo 28 de julio.