Las bebidas gaseosas son ricas. No hay duda. Sin embargo, consumirlas de manera descontrolada puede afectar la salud. El exceso de azúcar puede causar desde sobrepeso hasta enfermedades crónicas como la diabetes. Además, influye en el proceso de descalcificación de los huesos. Lo cierto es que muchas personas consumen, cada día, dosis peligrosas de estas bebidas. ¿Cuál es el camino para abandonar este hábito? Según la nutricionista estadounidense Keri Gans, el primer paso es cambiar la gaseosa por agua. En un artículo publicado en el portal web de CNN, la especialista sugiere beber un vaso de agua cada vez que se antoje una gaseosa. ¿Le cuesta hacerlo? Entonces, puede probar con limonada o jugos naturales endulzados con stevia, por ejemplo, que ha demostrado ser una alternativa saludable. Haga el intento.