(GEC)
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Gran indignación entre la oficialidad activa y en retiro de las fuerzas policiales ha causado el proyecto de ley que envió el presidente Pedro Castillo al Congreso para instaurar el 30 de agosto como “Día Nacional de Personas Desaparecidas durante el Periodo de Violencia 1980-2000″.

Esto a sabiendas de que en esa misma fecha se celebra el día de Santa Rosa de Lima, patrona de la PNP, que se festeja como una de las efemérides centrales de la institución. Un nuevo gesto de desdén hacia una fuerza pública que defendió a los peruanos de la furia homicida del terrorismo con un alto costo de vidas entre sus miembros.

En línea con ese desprecio manifiesto, el último 30 de agosto ni Castillo ni su ministro del Interior participaron en las ceremonias oficiales de la PNP. Un desplante nunca antes visto en un jefe de Estado, como recordaron no pocos oficiales de alta graduación en dicho cuerpo. Un desaire que les sigue a otros, igualmente faltosos. Recordemos que, no hace mucho, luego de las críticas que llovieron cuando un grupo de iracundos ronderos cajamarquinos secuestró a periodistas de Cuarto poder, el atrabiliario premier Aníbal Torres alegó en su defensa que, en cuanto a seguridad ciudadana, las rondas campesinas desempeñaban un mejor papel que la Policía.

La animadversión por la Policía se hace notoria, además, en los 7 ministros del Interior y 5 comandantes generales que se han sucedido en solo 13 meses de gestión. Cambios mayormente arbitrarios, sin respetar el escalafón de ascensos ni las hojas de servicio.

Y si a esto sumamos aquel vergonzoso episodio en que se vio a dos agentes –rodilla en el piso, cabeza gacha– atando los pasadores de los zapatos presidenciales en plena vía pública, la instantánea del momento queda clara: el respeto del mandatario por la institución es nulo. Ese es el mensaje que se transmite al país, al Perú legal y al Perú ilegal. Justo cuando la ciudadanía vive acosada por una incontrolable marea delincuencial, reconocida incluso por el propio gobierno.

¿Cuál es la razón detrás de estos continuos maltratos? Quizás no se equivoquen quienes afirman que se debe a que se está cobrando el resentimiento que sus socios del Conare-Movadef guardan contra las fuerzas de seguridad por haber combatido y derrotado a Sendero Luminoso.

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