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Redacción PERÚ21

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Juan José Garrido,La opinión del directorPasados 22 años desde el autogolpe perpetrado por Alberto Fujimori, quedan aún tanto heridas por sanar como reflexiones por hacer. Las primeras difícilmente cicatrizarán mientras el fujimorismo se aferre a la defensa del acto sin realizar, al menos, un auténtico ejercicio de introspección; de hacerlo, seguramente encontrará que existen espacios para la autocrítica.

En el espacio de las reflexiones es que queda, para el resto, la gran tarea. Simplificar el acto no es complicado; empero, tratar de simplificar las consecuencias es absurdo.

Lo primero es entender las razones; luego, entender las consecuencias del acto, de las negociaciones, del papel de la opinión pública y de los medios. Ciertamente el golpe no fue un acto deliberado por reescribir la Constitución; esa fue una de las condiciones impuestas por la OEA, los Estados Unidos y la presión interna. ¿Se podía hacer las reformas en el ambiente político que se vivía a comienzos de 1992? Queda ese debate en agenda.

Tampoco es cierto, como dicen muchos, que el golpe facilitó la guerra contra Sendero Luminoso. Ya la estrategia antisubversiva había mutado, como bien relata Umberto Jara en "Ojo por ojo".

Lo que sí podemos destacar, según los distintos sondeos de opinión pública, es que el 5 de Abril fue, en su momento, popular: Fujimori se encontraba cercano al 65% de aprobación entre enero y febrero, mientras el Senado se había reducido al 17%. Después del golpe, la aprobación de Fujimori subió otros puntos más. Primera lección: cuidémonos de la fragilidad institucional.

Lo segundo es que el autogolpe terminó derivando, inevitablemente, en un estado dictatorial: los derechos vulnerados, la gran mayoría de los medios aprisionados o comprados, el sistema empresarial derivaba hacia un mercantilismo ramplón, y la corrupción creciente sellaba el punto de no retorno. El molde se rompió gracias a lo que quedaba de prensa independiente. Segunda lección: la prensa independiente jugó un papel importante, y por ello hay que protegerla.