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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Gianfranco Castagnola,Al.Mercadogcastagnola@peru21.com

La semana pasada se cumplieron 45 años del golpe de Estado encabezado por el general Juan Velasco Velasco Alvarado. El 3 de octubre de 1968 se inició un gobierno dictatorial, que destruyó la institucionalidad política existente en ese entonces, se arrasó con las libertades básicas de la población –ocurrió la confiscación de los medios de comunicación, se dictó prisión y destierro de los personajes opositores, etcétera– y se aplicó políticas económicas estatistas, controlistas y antiinversión privada. Todo ello generó un estancamiento y un retroceso de los indicadores macroeconómicos y un deterioro de la calidad de vida de la población peruana. Nada de eso se corrigió durante los años 80. Al contrario, en setiembre de 1988 el proceso detonó con la gran hiperinflación del primer gobierno del presidente aprista Alan García. Desde entonces y hasta agosto de 1990, el país convivió con tasas de inflación mensuales de 23 por ciento a 114 por ciento que terminaron de destruir la economía. Los 70 y los 80 fueron dos décadas perdidas que nos llevaron a un largo y profundo atraso. Felizmente, parece que esta vez los peruanos ya hemos aprendido la lección.