30 años de Transparencia. Foto: gob.pe
30 años de Transparencia. Foto: gob.pe

La Asociación Civil Transparencia cumplió tres décadas cumpliendo el propósito de trabajar por la calidad de la democracia y por una representación política plural en el Perú. Me tocó compartir en su conmemoración algunas palabras. Comparto extractos.

La personalidad de Transparencia podríamos resumirla con tres características: valientes vigilantes —hemos sido críticos de cada uno de los 11 presidentes en ejercicio y de cada Congreso en ese lapso—, pioneros emprendedores —hemos organizado observaciones, conteos rápidos, debates, mesas de diálogo, paquete de reformas, coaliciones, etcétera— y sabios conciliadores —fruto de nuestra diversidad. En nuestro último censo, identificamos que un tercio de asociados se autoidentifica de izquierda, un tercio de derecha, un tercio de centro—.

Vivimos tiempos oscuros, complejos y de una trayectoria hacia la pérdida de la democracia y hacia la destrucción de las instituciones. ¿Es posible cambiar esa trayectoria? Debemos recuperar el sentido de la esperanza sobre el futuro. En los últimos dos años, un millón de peruanos han decidido que el Perú no es el mejor lugar para vivir. Otros millones viven en pobreza, con hambre, inseguros, sin agua, con anemia y sin servicios mínimos de educación y salud. El desgobierno y el creciente populismo, autoritarismo y criminalidad están simbólicamente deportando y anulando a las nuevas generaciones. Debemos construir una visión futura luminosa desde la revisión del presente oscuro.

Se requiere convicción en avanzar hacia terrenos desconocidos e inciertos. Hemos identificado unos 30 retrocesos democráticos. Nos reto a juntos plantear una agenda de protesta y propuesta para deshacer esos retrocesos.

Se requiere confianza para salir del aislamiento sectario e imaginarnos ser parte de una red de relaciones que incluya incluso a nuestros rivales. Resetear nuestra cultura política. Salgamos de una binaria y de etiquetas hacia una diversa y de conexiones. Salgamos de nuestras islas, hablemos con quien piensa diferente. Quizás es tu rival, nunca tu enemigo. Discrepemos, pero con respeto y amabilidad.

Se requiere creatividad para enfrentar desafíos que abarquen su complejidad. Todos tenemos menos certezas y más intuiciones, apuestas y preguntas sobre qué hacer en el futuro inmediato. Requiere la mayor creatividad y la mayor unidad posible para hacerles frente a las fuerzas criminales y mafias oscuras. Impulsemos acciones conjuntas, no solo intentos individualistas. Somos campeones en criticar y señalar “hay que hacer”. Contamos con cada uno de ustedes para, dentro de nuestra diversidad y discrepancias, construir juntos el encauce democrático que estos tiempos exigen.