Si hubiera que darle un nombre de película al primer año de este gobierno, una posibilidad muy a considerar sería “Querida, encogí a los niños”. Desde la perspectiva que teníamos al inicio, se han reducido (encogido) nuestras expectativas de crecimiento y generación de empleo. Casi ha desaparecido nuestra aspiración a lograr una economía mayormente formal; a que los niños, además de los cursos habituales en la educación tradicional, reciban clases de música, inglés y practiquen deportes; a que la malnutrición y anemia se eliminen…
En el ámbito económico, se planteó una meta de 18,800 millones de soles de proyectos de inversión que debían ser “destrabados” para que la inversión lograra ejecutarse, creando infraestructura, generando empleo y mejorando la calidad de vida y capacidad de producción a futuro. Hoy, luego de tropezar con la realidad (y la burocracia, el ex contralor, y Acción Popular), esa meta inicial se ha “encogido” también.
Después del insignificante (al menos respecto a logros) gobierno de Ollanta Humala, se esperaba una explosión de inversión, empleo y crecimiento, que no se ha dado.
El Gobierno está siendo compartido entre Peruanos por el Kambio y Fuerza Popular. Ambos tienen responsabilidad, especialmente ante a la población que votó por cualquiera de ellos. Además, en materia económica, sus propuestas estaban bastante alineadas.
Se espera que este año comience a acelerarse la inversión pública, y ojalá la privada. ¿Se consolidarán las inversiones esperadas?
Al menos ya cambió el contralor… pero no es suficiente para la magnitud del impulso que se necesita.
