En vísperas del Día de la Mujer, estalló aquí una polémica tras que una peleona política liberal invocó a la intelectual yanqui Camille Paglia contra ese feminismo fanático y “progre” que busca imponerse como indiscutible y único “sentido común”. Paglia es una veterana luchadora feminista, además de libertaria, atea, gay e increíblemente lúcida. Copio aquí respuestas suyas aparecidas anteriormente en medios españoles: (Pgta.) “¿Cree en la discriminación positiva?”. (Rpta.) “No. Es paternalista, condescendiente, y, en último término, dañina para los grupos que pretende proteger porque los convierte en víctimas”. (Pgta.) “¿Qué opina del Metoo?”. (Rpta.) “Lo que empezó como un movimiento para defender a las mujeres ha derivado en un mecanismo estalinista, incompatible con la democracia”.
Y van aquí más frases deliciosas: “El feminismo solo aplaude los logros de las que repiten sus consignas, el Pensamiento Único que ellas difunden”, “me opongo a definir a cualquier grupo social como víctima”, “no creo en las cuotas, en las protecciones especiales. Ni en que ningún grupo que viva hoy sea depositario del sufrimiento que se infringió a sus antepasados”, “no desdeñemos la importancia del capitalismo a la hora de independizar laboralmente a la mujer”, “la izquierda ha pasado de cuestionar a la autoridad a erigirse en guardianes de la moralidad bien pensante”, “el movimiento de las libertades civiles ha sido secuestrado por burócratas de las universidades y los gobiernos”, “a los colegios públicos no les compete enumerar las variedades de gratificación sexual, desde la masturbación hasta el sexo oral y anal”, “la Iglesia ha perdido su poder, pero la han reemplazado los guardianes de lo políticamente correcto”, “¿liberales de izquierda que defienden la censura? ¿Nos hemos vuelto locos?”.
