La reciente denuncia del procurador general Daniel Soria contra el presidente Pedro Castillo por no transparentar las visitas clandestinas que recibió en la casa de Breña solo refuerza la idea de que en ellas se trataron asuntos al margen de la ley. Con la empresaria Karelim López ya hay indicios de delito, pero poco se sabe de la real intención que tuvo la ahora exgerenta general de la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales (SBN), Jaqueline Perales Olano, al asistir a la vivienda del pasaje Sarratea. O, en todo caso, de las pretensiones que tenía Castillo.