Urdangarín fue excluido de las actividades oficiales de la realeza hasta que culmine el proceso. (Reuters)
Urdangarín fue excluido de las actividades oficiales de la realeza hasta que culmine el proceso. (Reuters)

Redacción PERÚ21

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se convertirá el sábado en el primer miembro de la familia real española que responde ante la Justicia. El marido de la infanta Cristina, la hija de los reyes y , declarará como imputado en un caso de corrupción que ha agitado a la opinión pública española y ha dañado la imagen de la monarquía.

Urdangarín, de 44 años, está citado a las 9 de la mañana en el despacho del juez José Castro, en , la ciudad de la que este exjugador de balonmano es duque desde que se casó con la infanta Cristina, en 1997.

Está siendo investigado en un caso de malversación de fondos públicos, prevaricato, falsedad documental y fraude a la administración en el tiempo en el que estuvo al frente del , una organización, en teoría, sin ánimo de lucro.

El juez Castro aseguró que recibirá el mismo trato que cualquier ciudadano, lo que significa que tendrá que entrar a pie al complejo judicial y recorrer 30 metros que los flashes y los focos de las cámaras fotográficas y de televisión pueden convertir en un largo camino para él.

La imagen de un miembro de la familia real entrando en un juzgado no tiene precedentes en la historia española. Y las televisoras alquilaron los balcones del edificio de viviendas que hay enfrente para registrarla.

Urdangarín ha estado en la picota mediática y social desde noviembre, cuando el llamado "caso Noós" saltó con fuerza a los titulares de la prensa española. Se han escrutado sus movimientos en Washington, donde vive desde hace unos años junto a la y sus cuatro hijos.

"Está siendo sometido a una dura e incesante campaña de acoso y desprestigio social", señala su familia de sangre, que asume que el duque tiene ante sí un camino "largo" hasta demostrar su inocencia y recuperar su reputación.

Para su familia política, la familia real, Urdangarín se ha convertido en un elemento incómodo por su imputación, un paso previo a un posible procesamiento como acusado sobre el que tendrá que decidir el juez tras tomarle declaración.

Por eso la casa del rey decidió apartarlo en diciembre de los actos oficiales hasta que la justicia aclare el asunto. Su comportamiento "no parece ejemplar", se argumentó. Y hasta su estatua fue separada en el Museo de Cera de Madrid de las del resto de los miembros de la familia real.