Por primera vez en la historia de la monarquía de España, un miembro de la familia del rey Juan Carlos deberá rendir cuenta ante la justicia. Iñaki Urdangarín, esposo de la infanta Cristina, fue imputado por supuestos delitos de corrupción durante el tiempo que estuvo al frente de una organización sin fines de lucro.
Urdagarín, quien actualmente vive en Washington con su esposa y sus cuatro hijos, deberá declarar en persona ante el juzgado de instrucción de Palma de Mallorca el 6 de febrero por ser sospechoso de malversación de fondos públicos, fraude, falsedad documental y prevaricación, delitos que habría cometido cuando dirigió el Instituto Nóos y con los cuales habría desviado unos US$2,97 millones para su propio beneficio.
El juez instructor, José Castro, sostiene que Urdangarín y su socio, Diego Torres, "organizaron un entramado societario utilizando un grupo de sociedades mercantiles, a través de las cuales desviaban los fondos públicos y privados (procedentes de patrocinios de empresas) que recibía el Instituto Nóos, apoderándose de los mismos".
La Casa del Rey se limitó a asegurar que respetará la actuación de los jueces, mientras que el portavoz del yerno acusado defendió su inocencia y lamentó la existencia de un clamor popular que buscaba su imputación.
Como se sabe, ayer, ante las graves acusaciones que pesan sobre su yerno, el rey Juan Carlos decidió revelar cómo reparte los 292,752 euros que percibe del tesoro español, los cuales provienen del total de 8,43 millones de euros que se le otorgó a la familia real durante el 2011.