A cientos de km de profundidad, debajo incluso de las capas de roca caliza que forman su suelo, duerme un volcán que se extinguió hace unos 30 millones de años.
Pero este no es un volcán cualquiera, se formó de una manera nunca antes vista en nuestro planeta.
Hasta el descubrimiento de este volcán, los geólogos creían que los volcanes se formaban básicamente de dos formas:
* Como resultado del movimiento de las placas tectónicas
* Cuando las llamadas plumas mantélicas (una especie de columnas estrechas de material proveniente del manto) se elevaban para hacer puntos calientes en la corteza terrestre.
"Ahora encontramos que los minerales que se forman debajo de la zona de transición del manto de la Tierra pueden filtrarse a la superficie y formar volcanes", señala Esteban Gazel, el geólogo costarricense.