Redacción PERÚ21

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Una estudiante de la Universidad de Warwick, una de las más importantes de , formuló una grave denuncia el año pasado y con pruebas en la mano: poseía capturas de un chat, en el que sus compañeros hablaban de en grupo no solo en contra de ella sino de otras de sus amigas universitarias.

"Viola a todas en el departamento para darles una lección", se lee en uno de las decenas de mensajes del chat que presentó Anna, nombre ficticio de la denunciante.

Estas misivas fueron escritas no solo por sus compañeros de clases, sino por sus amigos íntimos. Todos estudiaban Humanidades. 

Poco a poco, estos mensajes se dieron a conocer en todo el campus universitario. Anna no iba a callar, y junto a una amiga también víctima de violencia sexual en estos chats, denunciaron a sus agresores ante la universidad.

Después de la investigación, uno estudiante fue expulsado de por vida; otros dos también fueron expulsados y se les prohibió ingresar a los recintos durante 10 años. Dos más fueron expulsados de la universidad por un año.

Sin embargo, los dos estudiantes que fueron vetados por 10 años de la universidad, apelaron y redujeron su pena a solo un año.

VIOLADORES EN SERIE

Anna, de 19 años por aquel entonces, descubrió los mensajes en la portátil de su 'amigo'. "Dijo: 'Bueno, si crees que esto es malo, tal vez quieras ver el chat de chicos'. Fue entonces cuando me mostró mensajes que durante año y medio amenazaban con violación", recordó Anna.

En el chat de Facebook vio que su 'amigo' y otros compañeros cambiaron sus perfiles por el nombre de asesinos y violadores en serie.

"Estaban hablando de una compañera de estudios. Hablaban de secuestrarla, encadenándola a la cama, hacer que se orinase encima y después obligarla a dormirse meada".

En el chat, el nombre de Anna aparecía cientos de veces. "Era todo un grupo en línea... estaban orgullosos de que fuera horrible", precisó Anna.

Su 'amigo' le dijo que todo era parte de una broma, pero ella no creía en su versión tras ver la multitud de mensajes que hablaban de mutilación genital y violaciones en grupo.

Entró en pánico y con su amiga, también víctima de violencia en los chat, se quejaron ante la universidad.

La investigación fue designada a Peter Dunn, portavoz de prensa, decisión que resultó extraño para Anna y su amiga.

Fue él quien recomendó las penas para los agresores y trató el caso con los medios.

"Me sentí realmente ultrajada. Esta persona que está escribiendo comunicados de prensa conoce detalles tan íntimos de mi vida. Fue una experiencia muy surrealista", indicó Anna.

Pero la universidad reiteró su apoyo a su jefe de prensa.

Tras un mes, 5 estudiantes varones que escribieron en el chat fueron expulsados; a otros dos se les impidió ingresar al recinto durante diez años, y a otros dos estaban impedidos de volver a clases por un año. Al último, le dijeron que quedaba fuera de la universidad de por vida.

Anna y su amiga conocieron del dictamen a través de la prensa.

Pero dos de los hombres que fueron expulsados 10 años lograron rebajar su pena a solo 1 año.

"Empecé a pensar que tenía que rendirme", dijo Anna al conocer la decisión de la universidad.

WARWICK NO SE DISCULPA

Este hecho se hizo tendencia en Twitter y explotó en los medios de comunicación. Además originó una marcha contra los responsables del chat y sobre todo contra la universidad.

Stuart Croft, profesor de la universidad, se pronunció en contra del centro superior. Tras leer el chat, manifestó que "le produjo un sentimiento de total repulsión".

Las posiciones en contra dieron resultados. La universidad retrocedió, y los dos muchachos que lograron reducir su veto, no volverían nunca más al campus universitario.

La universidad lanzó un comunicado donde aseguraba que estaban "profundamente arrepentidos" pero nunca pidieron disculpas a las agraviadas.

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