Los familiares de una de las víctimas del fatal tiroteo de la escuela de Uvalde se enfrentaron con la madre del asesino Salvador Ramos en una violenta discusión que terminó con las lágrimas de la mujer disculpándose por el crimen de su hijo.
El hecho fue registrado por las cámaras de televisión de la cadena Telemundo, cuando Adriana Martínez, madre del tirador, caminaba por una de las calles de Uvalde, Texas, con dirección a su vehículo y fue abordada por la familia de Amerie Jo Garza, una de las víctimas mortales.
En el video se ve cómo una mujer desciende de su auto mientras que Martínez intenta huir de las cámaras y las personas a su alrededor; sin embargo, fue confrontada y respondió al acoso.
Mientras que los familiares acusaban de ‘asesino’ a su hijo, la mujer se defendió asegurando que no tenían derecho “a juzgar a mi hijo”. “Estoy cansada de que la gente venga por mí. No es mi culpa”, exclamó la mujer.
Martínez intentaba huir a su vehículo al mismo tiempo que amenazaba con llamar a la policía, pero varias mujeres seguían increpándola. El clip muestra cómo la mujer realiza una llamada desde su celular mientras mantiene la discusión.
De otro lado, la abuela de Garza, Dana Mendiola, señaló a la prensa que la madre de Salvador Ramos “no es inocente”. “Ella lo crio así. Ella sabía cómo era él. Ella sabía que él tenía armas”, declaró.
Tras la fuerte discusión, Martínez se lamentó entre lágrimas y aseguró: “Sé que mi hijo fue un cobarde, yo lo sé”.
Momentos después la policía de Texas llegó al lugar y escoltó a la mujer. Asimismo, pidió a los familiares de la víctima no acercarse más a ella.
El último 24 de mayo de 2022, la noticia de un nuevo tiroteo en una escuela de Texas alertaba al mundo tras dejar 19 niños y dos maestros muertos. El atacante, Salvador Ramos, de 18 años, irrumpió en un colegio de primaria en la localidad de Uvalde, donde fue abatido horas más tarde por la Policía.
Un mes después del atentado, el alcalde Don McLaughlin informaba que la escuela Robb Elementary sería demolida en su totalidad.
“Nunca podrías pedirle a un niño o a un maestro que regrese a esa escuela. Nunca”, dijo el alcalde, antes de confirmar que las instalaciones serán desmanteladas.