Vestidos de verde y amarillo y entre fuertes medidas de seguridad, los seguidores del ultraderechista comenzaban a llegar este martes a la Explanada de los Ministerios de Brasilia para asistir a la investidura del líder al que llaman 'Mito' y en el que han depositado sus esperanzas de cambio.

Es el día que llevaban esperando desde que este ex paracaidista nostálgico de la dictadura militar venció el 28 de octubre las elecciones más imprevisibles de los últimos años.

Lo hizo tras una campaña atípica que pasó en gran parte recuperándose de la puñalada que sufrió en un mitin callejero, y en la que acabó imponiéndose con holgura al candidato de izquierda, Fernando Haddad.

"Es el final de una gran lucha. Necesitamos a un hombre como este en el poder. Contamos con él para liberar a Brasil de los bandidos. Hoy el bandido tiene más libertad para andar armado que el ciudadano de bien que cumple la ley", aseguró a la AFP el empresario Zé Ivan, llegado desde el lejano estado de Pará, en el norte del país.

Procedentes de todos los puntos del país, ningún fan del 'Mito' quiere perderse este momento histórico, poco probable hace apenas unos meses.

Los hay con banderas, camisas con la cara del futuro presidente o incluso vestidos de superhéroes. Algunos reparten bendiciones, o se arrancan con consignas a favor del inminente presidente.

A nadie parecía importarle la fina lluvia que caía en la mañana, los cuatro controles que debían pasar o si todavía es una incógnita si el presidente y su joven esposa Michelle realizarán el recorrido por la Explanada de los Ministerios en un Rolls Royce descapotable -como lo quiere la tradición- o en un carro blindado.

"Vine por el Mito. Es algo que nunca vivimos antes en la historia de Brasil", afirmó Vandelice Morais, una profesora de 67 años llegada desde Bahía (nordeste).

'Contamos con él'

La ceremonia se ha planeado con unas medidas de seguridad sin precedentes para este tipo de actos, que ha dejado bloqueado el corazón de la capital donde se extiende la emblemática Explanada de los Ministerios, entre la Catedral, el Congreso y el Palacio de Planalto.

Cerca de una de las entradas, un jeep del ejército daba la bienvenida "a la fiesta de la democracia" y recordaba que había francotiradores posicionados en lugares estratégicos y un dispositivo en caso de ataque químico.

La inseguridad es uno de los temas que más preocupa a los brasileños y que ayudan a explicar el auge de Bolsonaro, un diputado prácticamente inexpresivo durante casi tres décadas pero cuyo discurso a favor de a la mano dura conquistó el favor de muchos brasileños.

Vestido con una camisa con el logo de la policía de Nueva York, el profesor Mauro Penna no escondía sus esperanzas en que el nuevo gobierno resuelva el problema.

"Contamos con él para acabar con la criminalidad y para tomar medidas más liberales en la economía", afirmó este docente de 36 años, admirador del gobierno de Estados Unidos.

En septiembre, el propio candidato sobrevivió a una puñalada asestada durante un mitin por un exmilitante de izquierda.

'¿Y si funciona?'

Llamado frecuentemente el "Donald Trump tropical", Bolsonaro nunca ha escondido su admiración por el presidente estadounidense, con el que pretende colaborar estrechamente.

Trump no acudió a la investidura, pero envió a su secretario de Estado, Mike Pompeo, parte de una comitiva de invitados integrada por 12 jefes de Estado y de gobierno, además de otros representantes.

Entre ellos, está el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, quien visitó a Bolsonaro en Río y es uno de los máximos representantes del eje de gobiernos con tintes conservadores y antiglobalizadores al que quiere unirse el excapitán del Ejército.

"La asociación con Israel aportará mucho a Brasil en términos de tecnología, pero para nosotros es también muy importante porque somos cristianos. Con esa asociación, Brasil será bendecido", valoró Denise Souza, una comerciante de 30 años llegada desde Minas Gerais, y que combinaba su camisa amarilla de Bolsonaro con una bandera de Israel en la espaldas.

Poco a poco, el flujo 'verdeamarelo' aumentaba en la Explanada, cada vez más llena de seguidores de Bolsonaro con camisas del 'Mito' y muchas banderas de Brasil ahora ya bajo el sol a la espera del inminente comienzo del desfile de la comitiva a las 16:45 (GMT).

Todos expectantes para el comienzo de una nueva era.

"Los gobiernos que vinieron antes hicieron siempre lo mismo y dio lo que dio", afirmó el estudiante Igor Freitas, que a los 17 años votó por primera vez en las pasadas elecciones.

"Bolsonaro vino con una postura totalmente diferente, por eso decidí votarle. ¿Y si funciona?", lanzó.

Agencia AFP

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