Efraín Campo es sobrino de la primera dama de Venezuela, Cilia Flores. Él afronta, en EE.UU., un juicio por tráfico ilícito de drogas y, según las investigaciones, le dijo a un informante confidencial, momentos antes de ser arrestado en Haití, que iba a utilizar sus ganancias de una transacción de US$20 millones para ayudar a la campaña electoral de Flores a la Asamblea Nacional (Congreso), donde hoy es, efectivamente, diputada.
La Fiscalía sostiene que el 10 de diciembre pasado Campo y su primo Francisco Flores se reunieron con el informante, quien se hizo pasar como cabecilla del Cártel de Sinaloa, en un restaurante de un hotel de Puerto Príncipe, en donde discutieron los detalles de su próxima transacción. Al acabar el trato, el informante aseguró que el sobrino se disculpó un momento para dejar la mesa e ir a buscar el dinero que los primos usarían para financiar la campaña de su tía.
Se informó, además, que en su confesión a la CIA, Campo trató de rectificarse respecto a sus declaraciones. "Yo sé que dije eso, pero en realidad (el dinero) era para mí", dijo.
Asimismo, se señaló que, según documentos judiciales presentados en el proceso, Campo declaró que ellos planeaban conseguir la cocaína de manos de rebeldes colombianos con el objetivo de "hacer dinero".
En tanto, durante las audiencias realizadas la semana pasada, el agente especial de la DEA, Sandalio González, quien participó en la captura de los sobrinos de la primera dama venezolana, declaró que un informante confidencial, dedicado al tráfico de drogas, recibió una llamada en octubre de un funcionario venezolano llamado Vladimir o Bladimir Flores, nombre que podría referirse al cuñado de Nicolás Maduro, puesto que Cilia Flores tiene un hermano llamado así.
González también indicó que Campo y Francisco Flores tenían conexiones con las más altas esferas del Gobierno venezolano, ya que ellos se jactaron de tener "el control del aeropuerto (internacional Simón Bolívar) y podían despachar por la rampa presidencial".