(Foto: EFE)
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El 2 de febrero de 1999, Hugo Chávez Frías juró por primera vez como presidente de Venezuela. Hace 25 largos años, un cuarto de siglo, el país llanero viró su camino de progreso económico para convertirse en el más corrupto de América Latina, según Transparencia Internacional. A nivel global, es el segundo más corrupto, solo detrás de Somalia, en África. En 2018, alcanzó una inflación de 65,000% y, en el transcurso de la dictadura, llegó a eliminarle 14 ceros a su moneda, el bolívar. Los indicadores mejoran gracias a la dolarización de facto, aunque siguen siendo escandalosos.

La hiperinflación ocasionó la escasez de alimentos y el empobrecimiento, que, a su vez, trajo consigo una diáspora que, según la agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), alcanza los 7.7 millones de personas, 1.5 millones de ellos en Perú. Sin nada que celebrar, el aniversario del chavismo permite analizar su origen, desarrollo y posible decadencia, con un Nicolás Maduro que busca por todos los medios mantenerse en el poder en este año electoral.

CRISIS INÉDITA

Nancy Arellano, venezolana especialista en políticas públicas y directora de la ONG Veneactiva, recuerda que, antes de Chávez, su país tenía “una institucionalidad tan fuerte que un candidato antiestablishment, como Chávez, pudo llegar al poder”. En diálogo con Perú21, asegura que en aquella época “la separación de poderes estaba garantizada, había libertad de expresión y medios críticos al gobierno”.

“Venezuela tenía una de las economías que más crecían en la región. Con el chavismo empezamos a experimentar cifras de inflación solo comparables con países africanos”, lamentó.

¿Por qué Chávez ganó la elección en el 99? Arellano ensaya que la poca fortaleza de los partidos envueltos en casos de corrupción dio paso a la judicialización de la política y, en ese escenario, apareció Chávez representando a la antipolítica. “Chávez apeló a dos elementos del imaginario colectivo venezolano: el hombre de pueblo y la idea del hombre fuerte, porque era militar. Prometió que no tenía nada que ver ni con el socialismo ni el autoritarismo ni admiraba el modelo cubano”, manifestó.

La peor época del chavismo, sin embargo, llegó con Maduro y no con Chávez. Fue con Maduro que se evidenció “el uso de la fuerza coactiva, la persecución de las protestas y los casos abiertos en la Corte Penal Internacional. También la persecución de las ONG, a líderes y presos políticos. Por ejemplo, Chávez no usó la figura de la inhabilitación para borrar candidatos”.

Arellano añade que la crisis migratoria de Venezuela “es inédita”, y que el chavismo, que se gestó como una lucha contra las oligarquías, se terminó convirtiendo en una, porque concentra el poder político y económico.

“El ‘chavismo’ tiene que hacer una reflexión; económicamente es inviable y políticamente es insostenible. Los crímenes de lesa humanidad no prescriben; eso no lo van a poder eludir”, finalizó.

Por su parte, el politólogo e internacionalista venezolano Luis Nunes manifestó que “todas las revoluciones terminan fracasando, porque los líderes de esas revoluciones traicionan los valores y principios que ellos invocaron para que la gente votara por ellos”.

Añadió que la Constitución impulsada por Chávez “es muy buena” y “tiene ideas libertarias”. Por eso, dice, Chávez “dejó de usarla, la ignoró”. A su juicio, la dictadura inicia “cuando se expropian los centros productivos venezolanos, se reprimen manifestantes en las calles, se quiere aniquilar a la oposición y los números del Consejo Nacional Electoral (símil del JNE en el Perú) comenzaron a ser favorables solo al candidato del gobierno”.

Nunes sostiene que tanto Chávez como Maduro “son bastante malos” como gobernantes, “pero Chávez era un tipo genial en cuanto a su empatía, lenguaje persuasivo y comunicación con el pueblo. Maduro, en cambio, es un matón de barrio. Lo es y se comporta como tal”.

“En Venezuela no hay garantía para elecciones libres y transparentes. Ellos han dicho hace un par de semanas que van a ganar las elecciones por las buenas o por las malas. Imagino que, si en algún momento llegan a estar con la soga al cuello, negociarán con Rusia para que Maduro agarre un avión hacia Moscú, pero ahora están envalentonados”, manifestó a Perú21.

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