A , alto ejecutivo del banco suizo Julius Baer Group, un cliente le pidió en 2016 mover 200 millones de dólares a una cuenta en el extranjero. El dinero procedía de un préstamo irregular que esa persona había hecho a en 2014. La petrolera había pagado hasta 15 veces la cantidad recibida. Krull, de origen alemán, decidió poner a su cliente en contacto con un gestor en , que en realidad era un informante del Gobierno estadounidense.

En 2017, el banquero conoció a los verdaderos beneficiarios de la operación de 200 millones de dólares. Se trataba de hombres jóvenes que portaban gorras de béisbol y cadenas de oro. Fueron presentados como “los chamos”. En realidad, habrían sido Walter y Yoswal Gavidia Flores, los hijastros de . “En ese momento me di cuenta de que la situación me venía grande”, dijo Krull en un reportaje de la agencia Associated Press (AP).

El ascenso del ejecutivo en el Julius Baer llegó durante la época de Hugo Chávez. Entonces, los precios del petróleo subieron a niveles récord y los venezolanos ricos buscaban maneras de guardar su dinero fuera del país. “La broma entre los banqueros era que el dinero estaba tirado en el piso, solo había que tomarlo”, dijo a la AP. Krull afirma que gestionó más de mil millones de dólares en depósitos, lo cual fue apreciado por su empleador.

Colaborador

El banquero fue arrestado en julio de 2018 en Miami, acusado de participar en una megatrama de lavado de dinero robado a la estatal petrolera venezolana PDVSA, según la Fiscalía de EE.UU. En octubre de ese mismo año, se le condenó a 10 años de prisión.

El hombre, hoy de 47 años, se unió a la operación de lavado de dinero en 2016, señaló la Fiscalía. “Entre sus coconspiradores se encontraban funcionarios de PDVSA, lavadores de dinero profesionales y miembros de la élite venezolana, a veces conocidos como ‘boliburgueses’”, detalló un parte oficial.

Estatal PDVSA ha sido objeto de multimillonarios desfalcos. (Foto: REUTERS/Andres Martinez Casares/File Photo)
Estatal PDVSA ha sido objeto de multimillonarios desfalcos. (Foto: REUTERS/Andres Martinez Casares/File Photo)

Gracias a que pasó de inculpado a colaborador, Krull fue dejado en libertad con grillete electrónico y obligado a pagar una fianza de cinco millones de dólares. Hoy, señala que en realidad fue un chivo expiatorio de un sistema bancario que facilitó el robo de dinero público venezolano. “El único objetivo era seguir generando ingresos para el banco y no tomar ninguna acción real y concreta para evitar el lavado de dinero”, alegó.

Este mes, un juez redujo en 65% la condena de 10 años de Krull. Su ingreso a prisión deberá hacerse efectivo en julio.

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