Decenas de caraqueños decidieron recoger agua del contaminado río Guaire debido a la imposibilidad de recibir agua en los hogares tras cinco días del apagón más grande registrado en Venezuela.
Los ciudadanos cuando se enteraron de la fuente, corrieron con botellas, baldes y bidones desde el barrio popular de San Agustín. Unos resbalaban por la pared y caían a las corrientes contaminadas.
La Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada) tomó la zona cuando la cantidad de gente empezó a agruparse en el lugar y a atravesarse en la autopista Francisco Fajardo, la principal vía de la ciudad.
"Uno tiene que venir a cargar agua. Me caí esta mañana (al río), ¡de vaina no me maté! ¿Están esperando que nos muramos?", señalaba muy enfada Keisy Pérez, una mujer de 23 años que tiene dos hijos.
El Guaire es un afluente que recibe los desechos líquidos de casi toda la ciudad y su alto nivel de contaminación es por todo el país conocido.
La emergencia, que afecta a 22 de los 23 estados, mantiene intermitente el servicio en varios sectores, aunque hay zonas del interior sin luz desde el pasado jueves.
La recuperación es lenta, al punto que el gobierno prorrogó hasta el miércoles la suspensión de la jornada laboral y estudiantil.
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