Organizaciones internacionales piden garantizar un acceso justo y equitativo de la vacuna a todos los países del mundo (Foto: Roger Kisby/Bloomberg vía Getty Images)
Organizaciones internacionales piden garantizar un acceso justo y equitativo de la vacuna a todos los países del mundo (Foto: Roger Kisby/Bloomberg vía Getty Images)

La campaña de vacunación mundial contra el ha generado preocupación en las organizaciones internacionales, puesto que no todos los países tienen acceso a las dosis en iguales condiciones. Los estados ricos disponen de la, las naciones de ingresos medios tienen problemas para distribuirlo a su población y los bajos todavía no han accedido al medicamento. Esta situación ha sido catalogada como la “desigualdad inmunológica del 2021”.

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En el mundo hay 194 estados soberanos, pero solo 10 de ellos concentran el 75% de las vacunas. Este es el principal obstáculo que impide ponerle fin a la pandemia de COVID-19.

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió ante el Consejo Europeo sobre el peligro de la concentración de las vacunas en pocos países y reclamó una vacunación igualitaria.

Según Our World in Data, los países que concentran la vacuna son Estados Unidos, China, Reino Unido, Israel, Emiratos Árabes Unidos, Italia, Rusia, Alemania, España y Canadá. Si bien la campaña ha comenzado en 50 países, esta situación genera un grave conflicto ético.

No sería correcto que los adultos más jóvenes y sanos de los países ricos se vacunen antes que los ancianos y los trabajadores sanitarios de los países pobres”, subrayó Adhanom.

Dependencia

Según el estudio de la Oficina Nacional de Investigación Económica estadounidense (NBER), toda la economía mundial depende en realidad de que los países más pobres vacunen a sus ciudadanos. La “desigualdad inmunológica”, como la llamó Bill Gates, no funciona en un mundo interconectado.

Desde el comienzo de la pandemia hemos instado a las naciones ricas a recordar que el COVID-19 es una amenaza en todas partes. Hasta que la vacuna llegue a todos, seguirán surgiendo nuevos focos y estos focos crecerán y se diseminarán. Todo depende de si el mundo se une para asegurar que la ciencia salve tantas vidas como sea posible en 2021″, manifestaron.

La profesora de bioética y servicios sanitarios en las universidades de British Columbia y California, Anita Ho, explicó a MIT Technology Review que, si países más vulnerables sufren la desigualdad en la distribución de la vacuna afectará la cadena de suministros para todos los países, en especial a los más ricos, que han llegado a depender de las fuentes de mano de obra.

Si las naciones proveedoras tienen montones de personas enfermas o tienen que cerrar, no quedan trabajadores para procesar o transportar materias primas o para fabricar y distribuir los productos”, apuntó Ho.

La especialista en bioética resaltó que no solo se trata de donar, sino que los países que reciban la vacunan tengan la infraestructura para almacenarla y transportarla. Ho tomó como ejemplo las dosis de Pfizer y de Moderna que necesitan de una refrigeración muy fría, algo que no es factible en diferentes zonas del mundo que viven con una provisión limitada de electricidad.

Incluso dentro de los países ricos existen condiciones sociales tan desfavorables. Pensemos en cómo se notifica a la gente de que es su turno de vacunarse. En los Estados Unidos, por ejemplo, los que reciben esas notificaciones tienen smartphones, direcciones de correo electrónico. Si uno es indocumentado o no tiene hogar, puede no acceder a esa información“, dijo Ho a la publicación del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).

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