Una parte de la cantidad aportada, casi 600 millones de euros, irá destinada a la continuidad del programa humanitario conocido como la Red de Emergencia de Seguridad Social (ESSN, según su traducción al inglés) de la Unión Europea (UE), mientras que los fondos restantes apoyarán proyectos dentro de las áreas de educación y servicios esenciales como la asistencia médica.