Tee Bartlett es una mujer nacida en Nueva Gales del Sur, quien no tenía la menor idea de que no era usual usar dos tampones vaginales al mismo tiempo, pues asumía que todas las mujeres tenían dos orificios vaginales.
Y es que descubrió que algo no andaba del todo bien ahí abajo tras una conversación con su madre y su amiga sobre los tampones vaginales. Estas conversaciones no eran comunes, pues a ella le “resultaba incómodo”.
“Un día, estaba teniendo una conversación con mi mejor amiga y mi madre, y finalmente pregunté en qué agujero se suponía que debía entrar un tampón, en el izquierdo o el derecho”, aseguró Bartlett para Daily Mail.
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“Mamá me miró como ‘¿qué?’, al principio, y dijo que no habían dos hoyos. Discutimos un poco, yo estaba a la defensiva”, agrega.
Esto ocurrió cuando Tee tenía 16 años de edad, y rápidamente su madre la llevó al médico, en donde fue diagnosticada con tabique vaginal, una condición que ocurre cuando el sistema reproductor femenino no termina de desarrollarse.
Esto deja una pared divisoria en el tejido de la vagina, dejando dos orificios vaginales. Sin embargo, e dirigieron a un segundo ginecólogo, que les confirmó el diagnóstico.
Poco después, Bartlett se tuvo que someter a una operación quirúrgica, pues su condición le provocaría molestias para las relaciones sexuales, y sería peligroso en caso de quedar embarazada, al momento del parto específicamente.
“Mi pared era demasiado gruesa y era tan larga como un dedo justo antes de mi cuello uterino. Aparentemente, el tabique vaginal se supone que debe disolverse pero el mío nunca se disolvió. Era un poco más grueso y más largo de lo normal, por eso tuve que operarme”, relató.