Un asesino que ya cumple cadena perpetua porque en 2011 mató a una mujer volvió a cometer otro acto repudiable. Ocurrió en Estados Unidos y el fiscal que investiga el caso comentó que se trata del "caso más espantoso que he visto en términos de atrocidad".
Jaime Osuna torturó, decapitó y descuartizó a su compañero de celda Luis Romero. Se presume que la víctima permaneció consciente durante un tiempo mientras era atacado con un objeto de metal afilado envuelto en una cuerda y atado a un mango. El verdugo, de 31 años, le cortó los dedos, le cortó uno de los ojos y parte del pulmón.
El parte médico determinó que Romero, de 44 años, murió desangrado por múltiples traumatismos de fuerza aguda.
El espantoso suceso ocurrió el 9 de marzo pasado en la prisión estatal de Corcoran, condado de Kern, en California. El cadáver fue hallado al promediar las 7:30 de la mañana.
Ante las autoridades, Osuna inicialmente se declaró inocente; sin embargo luego sus declaraciones en torno al asesinato de su compañero fueron escalofriantes.
El jueves de la semana pasada, el acusado indicó que no era la primera vez que había cometidos "actos abominables". "Desde que era un niño, de 8 a 9 años, he matado animales. Mi mamá iba a la tienda y yo ponía al gato en el congelador. Quince minutos después, lo pondría en el horno. Ya sabes, cosas por el estilo", precisó.
Según información del medio local 17 News, Osuna agregó que estas intenciones, lo han perseguido desde niño. Para él, "matar es mejor que las drogas o el sexo".
El asesino destaca por llevar tatuado el rostro la sonrisa del Jocker. En 2017, se declaró culpable por matar con arma de fuego a Yvette Peña, de 37 años. El hecho sucedió en un motel de Backersfiel en 2011.
En su prontuariado criminal, también figura el asesinato de otras dos personas cuando solo tenía 13 años.
TE PUEDE INTERESAR: