Surgido tras el terremoto de 1985, que dejó más de 40 mil muertos, el SAS es capaz de avisar con un mínimo de 50 segundos de anticipación la llegada de las ondas telúricas provocadas por un sismo. (Foto: CIRES)
Surgido tras el terremoto de 1985, que dejó más de 40 mil muertos, el SAS es capaz de avisar con un mínimo de 50 segundos de anticipación la llegada de las ondas telúricas provocadas por un sismo. (Foto: CIRES)

Con casi un centenar de sensores sísmicos distribuidos a lo largo de la costa pacífica, ha encontrado la forma de evitar una catástrofe como la que sufrió hace 35 años. Y el terremoto de magnitud 7,5 registrado este martes en Oaxaca lo puso a prueba.

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Surgido en 1989, el Sistema de Alerta Sísmico (SAS) de México fue una respuesta al terremoto de magnitud 8,1 ocurrido cuatro años antes, que dejó un saldo de más de 40 mil muertes.

Los 97 sensores que posee están distribuidos por desde Puerto Vallarta (estado de Jalisco, al norte) hasta Salina Cruz (en el sureño Oaxaca), además de la región sur del Eje Neovolcánico.

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El Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (CIRES) está a cargo de monitorear el SAS constantemente y en sus planes está la construcción de 28 sensores nuevos que permitan una labor aún más eficiente.

El SAS funciona de la siguiente forma:

  • Los sensores detectan las ondas telúricas.
  • Procesan las mismas con el fin de determinar la probable magnitud del sismo.
  • En caso de corresponder a un movimiento mayor a uno de magnitud 6, emiten una alerta mediante ondas radiales a centrales ubicadas en los estados de Acapulco, Chilpancingo, Morelia, Oaxaca, Puebla, Toluca y Ciudad de México.
  • Las alarmas pueden ser de dos tipos: preventivas para sismos moderados o públicas para movimientos de gran magnitud. Hasta el momento se han emitido 98 alertas del primer tipo y 77 del segundo, según el registro del CIRES.
  • En caso de recibir una alerta pública, esta es transmitida a través de las estaciones de radio y televisión, además de escuelas, edificios y plazas públicas.

El sistema permite que los estados mencionados reciban la alarma con un mínimo de 50 segundos de anticipación. Aunque en casos como el de este martes, Ciudad de México lo hizo dos minutos antes de que las ondas alcancen la capital mexicana.

La razón para ello es que las ondas radiales viajan en poco menos de la mitad de tiempo que las telúricas.

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