Redacción PERÚ21

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Termitas de , científicamente conocidas como Syntermes dirus, crearon una red subterránea de túneles durante casi cuatro milenios. Sus excavaciones para la construcción del entramado han dejado 200 millones de montículos de tierra sobre una superficie del tamaño de Cusco, Puno y Madre de Dios juntos.

"Es el mayor ejemplo conocido de bioingeniería y construcción en la superficie de la tierra por una sola especie -fuera del ser humano- y todo hecho por un insecto de más o menos un centímetro de longitud", manifestó a agencia AFP Roy Funch, biológo estadounidense nacionalizado brasileño.

La fantástica obra de ingenería animal se extiende en una superficie de 230,000 km2 en el noreste de Brasil.

Fue la semana pasada que se dio a conocer el hallazgo en la revista científica Current Biology. El estudio estuvo a cargo de Roy Funch y otros tres investigadores, dos estadounidenses y un británico.

Estos pacientes insectos crearon una estructura con una tierra excavada que equivale a 4 mil pirámide de Giza, en Egipto.

Estos montículos son conocidos como "murundus" entre los habitantes de la zona. Estas colinas miden 2.5 metros de alto y uno 9 metros de diámetro y están cubiertos de vegetación de la 'caating', el bioma semiárido del pobre noreste brasileño.

La acción humana a través de la deforestación permitió que se hicieran visibles los termiteros. Más de un 90% pertenecen al estado de Bahía. "Entonces quedó clara su extención, y la importancia científica del fenómeno", señaló Funch.

En las imágenes que difundió el estudio, se dan a conocer vastas extensiones de tierra punteada por estos montículos cónicos, que son idénticos y con una distribución regular. Además, entre otras característias, están separados por uno 20 metros uno de otro.

La edificación animal más antigua tiene una antiguedad de 3,820 años y son edades comparables a las de las termitas más antiguas de África, explica la publicación científica. ¿Cómo se determinó la antigüedad de la obra? Científicos recogieron muestras de suelo de once montículos y constataron cuándo fue la última vez que permanecieron expuestas al sol.

Entre otras conclusiones, el estudio señaló que estos termiteros son parte de una gran ciudad subterránea. En ese sentido, los científicos señalaron que continuarán investigando su distribución y funcionamiento. También se sabe, por ejemplo, que los termiteros tienen un túnel vertical que conecta los túneles subterráneos con la superficie.

En tanto, los montículos de tierra alrededor de la superficie son solo tierra removida por las termitas para su obra.

"Los montículos aparentemente no tienen función de albergar los nidos de las termitas. Sirven solamente para retirar la tierra que cavan las termitas, continudamente por debajo del suelo", precisó Funch.

¿Cuál es el propósito de estas estructuras subterráneas? Sirven para que estos insectos se protejan del medio inhóspito (y peligroso) de la superficie". Además la investigación determinó que los túneles nunca quedan abiertos al medio ambiente, es decir, no se trata de un sistema de ventilación sino de una vía de comunicación.

En el turno noche, grupos de 10 a 50 'trabajadores' y 'soldados' salen de los montículos conducidos a través de tubos temproales de un diámetro de 8 milímetros, excavados desde abajo. Una vez usados, los túneles temporales se cercan herméticamente.

"No tenemos idea de la arquitectura de estas 'ciudades' de los insectos. Deben tener una habitación para la reina, guardería, espacios para guardar comida..., y muchos túneles conectándolo todo, pero todo es desconocido para la ciencia", dijo el biológoc a AFP.

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