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El director del Banco Nacional de Suiza, Philipp Hildebrand, renunció hoy al cargo tras reconocer que no podía demostrar su inocencia en las acusaciones de uso indebido de información privilegiada.
La opinión pública suiza quedó indignada desde que se reveló de las operaciones en dólares que reportaron a Hildebrand y su esposa Kashya, una excorredora de divisas, decenas de miles de dólares en beneficios el año pasado.
La renuncia de Hildebrand fue inmediata, anunció la entidad en una declaración. Esta ocurrió antes de que una comisión parlamentaria helvética le interrogara a puerta cerrada sobre unas operaciones de divisas que le reportaron copiosas ganancias, justo cuando la entidad se afanaba por frenar el alza del franco suizo.
En una improvisada conferencia de prensa en Berna, Hildebrand insistió en que se siente orgulloso de sus logros y del trabajo realizado para las instituciones financieras de Suiza y las organizaciones internacionales como el Banco Mundial.
El banquero, de 48 años, reconoció que tres transacciones en dólares por un total de US$ 2 millones podrían haber sido mal interpretadas y que su único error fue permitir que su esposa consumara una transacción tan delicada que tuvo lugar dos días antes de que el banco central aumentara el circulante del franco. Alegó que donó las ganancias a obras de caridad.
El escándalo estalló la semana pasada cuando el banco Sarasin despidió a un empleado que filtró los detalles de la operación a un rival político de Hildebrand.
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