El trágico descarrilamiento de un tren en Argentina –que hasta el momento deja 49 muertos y más de 600 heridos– revela un grave problema en este sistema de transporte, que solo el año pasado dejó a más de 30 víctimas mortales en cinco accidentes similares.
El primero ocurrió el 16 de febrero, con cuatro muertos y más de 100 lesionados. Dos meses después, otra máquina de la empresa Ferrobaires dejó más de 70 heridos, y en agosto otras ocho resultaron heridas por el choque entre un tren y un bus en el barrio Lomas de Zamora.
En setiembre, 11 murieron y 200 terminaron heridos cuando dos locomotoras embistieron a un bus cerca de la estación Flores. El último caso, registrado el 2 de noviembre, acabó con la vida de ocho escolares.
UN SISTEMA "INSEGURO Y CRIMINAL"La cadena de tragedias ha provocado la reacción de autoridades políticas como las del diputado opositor Fernando Solanas, quien criticó al vigente sistema ferroviario, que data de la época del expresidente Carlos Menem.
"Hace años que la presidenta Cristina Fernández escucha, lee y ve estas denuncias, y no hace nada (…) El Gobierno es sordo al reclamo de la enorme población de trabajadores que está condenada a tomar este inseguro y criminal sistema de transportes", agregó.