Jan Shijún, al norteste de Siria, soportó una jornada de combates violentos que dejó al menos 60 muertos. (Foto referencial: EFE/archivo)
Jan Shijún, al norteste de Siria, soportó una jornada de combates violentos que dejó al menos 60 muertos. (Foto referencial: EFE/archivo)

Al menos 60 combatientes opositores y de las fuerzas gubernamentales han fallecido en combates violentos este domingo en los alrededores de la localidad de Jan Shijún, destacado bastión rebelde en el noroeste de que el Ejército trata de arrebatar a los insurgentes desde hace días.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó de que han fallecido 45 combatientes de las facciones rebeldes e islamistas, y 17 efectivos de las fuerzas leales al presidente Bachar al Asad en choques violentos, así como en ataques aéreos y de artillería durante la noche y en la mañana de este domingo.

La ONG, con sede en el Reino Unido, pero con una amplia red de colaboradores sobre el terreno, ha detallado que los enfrentamientos armados se desarrollan al oeste de Jan Shijún, donde las fuerzas gubernamentales han tomado en los pasados días terrenos de cultivo, y al este de la población.

Según una fuente militar en Siria, que pidió el anonimato, el Ejército ha controlado un acceso de una autopista que se considera clave para los suministros que reciben los insurgentes que dominan el noroeste de Siria.

La provincia de Idlib está prácticamente controlada por el Organismo de Liberación del Levante, una alianza en la que está incluida la exfilial siria de la red terrorista Al Qaeda.

Jan Shijún está emplazada en la carretera internacional de Alepo-Damasco, de gran importancia para el movimiento y transporte en el norte del país.

Siria

Por esas vías decenas de civiles estarían huyendo de la localidad hacia el norte de Siria, fronterizo con Turquía, donde miles de personas se encuentran desplazadas por los combates.

Jan Shijún sería la primera población destacada de Idlib en caer en manos del Ejército sirio, que ha desarrollado desde el 30 de abril una ofensiva en los territorios rebeldes en el norte de Hama, donde le queda un pequeño triángulo por conquistar, y en Idlib, castigada a diario por los bombardeos.

La violencia se intensificó durante el mes de julio y solo tuvo una pausa de cuatro días a principios de agosto, cuando el Ejército sirio declaró un alto el fuego condicionado a la aplicación del acuerdo de Sochi, sellado en septiembre de 2018 por Rusia, aliada de Damasco, y Turquía, valedora de la oposición.

En base a ese acuerdo se estableció una franja desmilitarizada en torno a Idlib, que pasa por las provincias de Alepo, Hama y Latakia, y se detuvo una ofensiva gubernamental sobre la región rebelde que en otoño del año pasado parecía inminente.

Ahora, tras la ruptura de la tregua el 5 de agosto, Damasco parece decidido a recuperar el control de Idlib y a ignorar la existencia del acuerdo, acusando a Ankara y a los rebeldes de no respetarlo.

Fuente: EFE

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